viernes, 18 de junio de 2010

Esquizo Zienzia #10: Paul Friedlander / Julian Barbour



Hasta hace poco, me inquietaba mucho una cuestión: ¿qué es el arte, por qué existe y qué nos proporciona? ¿Cabe "lo artístico" en una visión del mundo empírico-materialista, o forma parte de "lo idealista" en cuanto ilusorio? ¿Tiene un plus de trascendencia respecto a la ciencia? En la carrera no nos hablaron nunca de esta cuestión, y siempre he sentido la esquizofrenia de que los teóricos que nos vendían un supuesto "racionalismo" en realidad lo hacían en unos términos ("espíritu humano", "forma y pureza", "belleza y proporción"...) de una ingenuidad insoportable. Luego pude saber que un Le Corbusier o un Mies, en realidad, partían de una concepción del mundo muy hegeliana, muy de "espíritus colectivos que recorren la historia", y muy kantiana, con "categorías invariables y universales que cambian de forma pero no de esencia": en ese sentido como en tantos otros, el Movimiento Moderno era, ya en su día, un anacronismo. Sin embargo, lo de las opos me ha servido para acercarme a fuentes bien informadas que explican las cosas de otra manera, mucho más severa y pragmática.
De todo lo que he podido conocer, la perspectiva que me parece más sensata es la de Deleuze, con sus modulaciones, sus perceptos y afectos, y su lógica de la percepción. Pero este verano he de peinar su bibliografía buscando todo lo que dice al respecto, porque hay cosas que no me cuadran: en el "Derrames", que recoge sus clases en Vicennes, dice algunas cosas que me desconciertan, en especial sus críticas hacia el arte abstracto, al que consideraba "romántico" e "idealista" en cuanto diagramático y codificado. Quiero profundizar en ese tema puesto que me encanta el arte abstracto y no estoy de acuerdo con su opinión.
Sea como fuere... Paul Friedlander es un físico devenido artista, y produce unas instalaciones muy simpáticas a base de luz y hologramas en las que pretende expresar nociones de física cuántica, mecánica de la luz, matemáticas topológicas, química estadística... Todo muy bonito, la verdad, y aunque artísticamente poco ambicioso, el resultado es muy ameno, elegante y didáctico: tiene un punto naive saludablemente ajeno a esa atrocidad que es el mundo museístico contemporáneo.
Uno de los científicos que inspiran a Friedlander es el señor Julian Barbour, un bruttánico defensor de la típica teoría sensacionalista a lo "Muy Interesante": el tío asegura que el tiempo no existe, apoyándose en Einstein y su consideración de 4 dimensiones para el espacio-tiempo. Eso de que "El universo es eterno" es un titular muy quedón, pero la verdad es que no tiene nada de sorprendente ni de revolucionario, ni siquiera de arriesgado: la simetría entre pasado y futuro es un axioma fundamental de la mecánica standard, así que no sé por qué se ha hecho famoso este personaje. Además, esa es la problemática que explicaba Prigogine en los videos que linkee aquí.



En cualquier caso, todos los que estamos hasta los mismísimos de los animales en formol, las instalaciones trascendentalistas, el rollo sensation y los viejos dinosáurios del arte abstracto, necesitamos otro tipo de estímulos artísticos. Y los que medio en serio / medio en broma gustamos de soñar con un mundo futuro a lo M.A. Martín, donde todo sea tan tecnológico y racional que el arte ya no sea más que un capricho que se permite la ciencia, cada vez nos sentimos más confortables con un hipotético y nunca alcanzable hermanamiento del arte y la ciencia en la frialdad, el confort y el sosiego de lo computacional, cuantificable e inerte. Cierto Humanismo, en el arte, resulta ya insoportablemente ingénuo, cansinamente moralizante.
¡Qué placentero es soñar que somos máquinas, aunque sea una utopía irrealizable! ¡Qué coñazo son las pasiones! Cierro el post volviendo a los clásicos, y más hoy que estamos de Sónar: resulta que el Minimum / Maximum de Kraftwerk está entero en el youtube, y es una experiencia que hay que ver antes de morir. Atención a la segunda parte, que empieza con "Numbers" y termina con un "Musique non stop" que pone la piel de gallina. Ecco:

2 comentarios:

  1. ... lo más profético de estos tipos es su hieratismo... todo era trans-cendente... conceptual... alucinante... y el público estaba ext-asiado.
    ... ahora el público salta como si estuviera viendo a los sex pistols... el movimiento no está en su cabeza conceptual... vuelve a estar en el cuerpo... mistificado... apareciendo revelado en el objeto (como diría Baudrillard)... como ocurrió con todo el punk (y así le fue)... antes de convertirse en ciber gilipollez.
    ... en fin gracias por encontrar estas bruttales reliquias "modelo" de los 80
    ... te envío una que seguramente la conozcas, pero sino... seguro que te er-izará algún que otro neuro-trans-misor...
    www.youtube.com/watch?v=TnERa69atgA

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  2. Qué mítico el "House nation"! yo sin embargo soy muy aficionado a la "música para el cuerpo", sin mucha legitimación artística. Encuentro tan vacío el mundo del arte, que me emociona ver ese carácter pulsional, instintivo por el cual la gente necesita bailar: sea en una tribu del neolítico o en una verbena de la Galicia profunda, la música para menear el esqueleto es imprescindible. Y el hecho de que ahora se haga con máquinas, es lo más natural.

    Eché un vistazo a ese texto de Baudrillard, he de leerlo entero este verano, aunque cuando se pone en plan Paul Virilio / catastrófico total, me angustia un poco. "El sistema de los objetos" lo leo porque para la arquitectura dice cosas muy interesantes, es que lo que escriben los arquitectos es siempre una vergüenza... gracias por las recomendaciones!!!

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