jueves, 12 de agosto de 2010

Morfología #12: pasado de moda

Esta imagen salida del pincel de Tamara de Lempicka era en su día una cosa muy moderna. Pero no moderna en el sentido académico de período histórico-cultural bla bla bla, sino "moderna" en plan Neo2 o Vanity Fair. Quiero decir: Tamara de Lempicka era lo último, lo más nuevo, la tendencia más en boga, la estética de la metrópolis por entonces emergente. El equivalente charlestón de fashionistas de hoy en día como Jordi Labanda o J.J. Abrahams. Por aquel entonces no había shoppers, cool hunters, trend setters ni nociones como target, product placement u outlet, pero la dinámica cultural era la misma: alguien aparece en escena con algo nuevo, si tiene éxito se imita hasta el aburrimiento, y después de un tiempo (unos días en el caso de las películas, unos meses en gadgets tecnológicos, y hasta siglos en el mundo del Gran Arte) está olvidado y triturado por el espíritu de consumismo cultural que necesita perpétuamente sangre joven como combustible.
La realidad irrefutable en base a la cual la vigencia de las formas culturales es limitada en el tiempo, no suele ser tenida muy en cuenta en la historia del arte: el tránsito de Fidias y Policleto al período Helenístico se explica con sesudos argumentos históricos, territoriales, económicos y técnicos, pero nunca con un sencillo "el Partenón dejó de estar de moda". Esa noción de "moda" (la obsolencia de las formas pasado un determinado tiempo) se asocia sólamente a lo frívolo, a nuestra superficial cultura consumista y a la falta de profundidad del mundo contemporáneo. ¿Qué intelectual se ha atrevido a defender las tendencias como fenómeno dialéctico suficientemente sustancioso como para ser tomado en serio?
Los progres se llevan las manos a la cabeza ante la demoníaca frivolidad del fenómeno modas, como si de la enésima perversión capitalista se tratase, pero no hay más que comparar la ropa de un Goytisolo en 1975 y en 2005 para constatar que son tan víctimas de la estética de cada momento como cualquier adolescente adicta al Super Pop: incluso el más incorruptible moralista de la izquierda de los valores (valores entre los cuales, obvio decirlo, no está el de "la moda") traiciona su orgullosamente autoreivindicada esencia estética ahistórica, cuando en realidad adapta necesariamente sus gustos a las tendencias de cada momento. Es ley de vida: el ser humano es un animal que come pan, decía Hesiodo, a lo que añadimos: y que se aburre de las cosas cuando las tiene ya muy vistas.
Estoy intentando incluir este asunto en mi proyecto de tesis, porque me parece que siempre queda fuera de los análisis morfológicos: la forma es estática, pero la sensación es dinámica y cambia en función de muchos factores, entre los cuales está el de la moda, que no es cuestión baladí: aunque os parezca un sacrilegio, creo absurdo considerar que las casas de Le Corbusier son simplemente "clásicas" y por tanto están "fuera del tiempo", porque en su diseño, las modas de su época influyen tanto como las lecturas más sesudas a las que podamos recurrir. ¿No era Picasso en su día lo último? ¿Acaso eso le hace ser peor?
Un consenso implícito entre los intelectuales es eso de que las cosas clásicas nunca pasan de moda, y que las obras de calidad no piensan nunca en las tendencias. La moda corrompe, es flor de un día, y el arte se hace desde y para la eternidad.
Koolhaas, James Joyce, Thomas Pynchon, los Beatles, Shakespeare, Pollock... han sido, todos ellos, grandes trendsetters, y su herencia (o superación) puede explicarse en términos tan complejos como queramos, pero a fín de cuentas lo suyo ha sido una tendencia, de mayor o menor calado. Y están ya pasados de moda: un proceso que envía a algunos fenómenos a la Historia del Arte bajo el epítome de "clásicos", mientras otros son olvidados hasta el consiguiente revival. Sus obras, sus formas, permanecen ad eternam sin la manor variación, pero lo estático de su morfología no impide lo dinámico de nuestra percepción: se puede decir de muchas maneras pedantes, pero a fín de cuentas de lo que se trata en la historia de las formas es que éstas pasan de moda.

6 comentarios:

  1. jaimitaDAS

    http://www.youtube.com/watch?v=OLKOkXopRxg

    hacer el indio

    -x-

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  2. muy bueno el texto (como siempre)
    tengo ganas de leer esa tesis. ya la estás publicando.

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  3. Xose, al final ya tienes lo que te faltaba? (y no me refiero a los gayumbos XD) Hoy he estado mirando vuestro regalo en el Todo a 100, tiene cosas muy apañadas, y que creo que os pueden ser muy útiles para vuestro piso.
    Ayer me cazasteis cuando iba a phone house a pillaros un cargador de móvil, pero no lo envolvían para regalo y pasé de pillarlo XD.
    Ya, ahora es cuando me dices: "César. tú en la boda a fregar platos, y a comer en la cocina" XD

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  4. ... una explicación de la moda puede ser ésta:

    ¿Por qué consumimos de forma conspicua?
    El intercambio, la exhibición y la destrucción conspicuas de objetos de valor -implícito todo ello en el concepto de consumo conspicuo formulado por Veblen- son estrategias de base cultural para alcanzar y proteger el poder y la riqueza. Surgieron porque aportaban la prueba simbólica de que los jefes supremos y los reyes eran en efecto superiores y, en consecuencia, más ricos y poderosos por derecho propio que el común de los mortales.
    ... extraído de "Nuestra Especie" (Marvin Harris)

    ... y un comentario más actual
    http://www.obsoletos.org/2010/07/moda-rapida/

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  5. Bueno, no creo que se trate de buscar "causas" (que es lo que hacéis a menudo los sociólogos, siempre "a toro pasado" X-D) sino de constatar que se trata de un hábito humano casi a nivel biológico.
    Más que el aspecto consumista, me llama la atención esa necesidad permanente que tenemos de renovar "lo simbólico" permanentemente... La historia del arte está plagada de evoluciones que en su tiempo eran completamente una moda: las legendarias trifulcas entre Rafael y Miguel Ángel, si las lees son tan infantiles como las de Oasis vs. Blur; Caravaggio fue una moda que asoló Europa; Imagínate el teatro a lo Shakespeare, fue una moda tremebunda; incluso en textos clásicos griegos los ancianos se escandalizan ante la estética y el comportamiento de los jóvenes de su tiempo...
    Yo creo que algo tendrá que ver con esa cualidad tan maravillosa que tenemos los humanos que es la curiosidad, probarlo todo, investigar las formas, escudriñar cualquier posibilidad...en ese sentido, los artistas son como los científicos, siempre quieren averiguar algo más, encontrar nuevos caminos que renueven su disciplina. Claro, el capitalismo ha multiplicado a lo brutto esa tendencia natural (la ciencia, el arte, la ropa, el cine... todo se renueva de manera hiperveloz hoy en día) con tal aceleración que ya no lo hace a "velocidad histórica" sino con periodicidad anual. Quizás "moda" sea sinónimo de "historia" diez veces más rápida.

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  6. ... tiene pinta de ser cierto eso que dices... crisis_de_fe... pero también tiene pinta de ser cierto lo que decían los postmodernos... que todo es una pantalla transparentemente opaca... como un cristal... que permite ver... pero no tocar.

    ... quiero decir... que la impotencia de no poder transgredir la realidad material... de no poder ser tan libres como nuestra re-presentación nos propone... nos lleva a proyectarnos en anamorfosis simbólicas.

    ... y luego está la realidad para "poder" culminar ese principio de placer del que hablaba Freud... aunque se le olvidaba que el deseo se termina cuando se materializa (Deleuze)... y que nuestros recursos libidinales, de no materializarse... también se agotan (Baudrillard).

    ... de cualquier forma... yo creo que todo se resuelve... por saturación.

    ... como diría observer... vamos a ver...

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