lunes, 26 de julio de 2010

Voluntarioso impersonator de Marx en versión cutre


Stewart Home "El asalto a la cultura. Corrientes utópicas desde el letrismo a Class War"

Si tuviese los libros archivados en una biblioteca y no zapateados por ahí, no sabría en qué estantería colocar éste: podría dejarlo junto a las Historias serias del arte y los manuales respetables, o bien acomodarlo en la zona kitsch con la metralla de libros sobre grupos, fanzines y cine de serie Z que gusto de consumir. Se trata de un libro documentadísimo, riguroso y con información contrastada y valiosa sobre movimientos no demasiado explorados, pero está escrito en un tono crítico, lenguaraz y casi sarcástico que convierte lo que podía haber sido un peñazo de tomo y lomo, en el adictivo y enrolladísimo ensayito que ha terminado por ser. Y es que eso de los movimientos artístico-políticos underground siempre ha oscilado entre los dos polos: enfurruñamiento y evangelización cuando se toman demasiado en serio a sí mismos, o festiva cercanía cuando se dejan de dogmas y se atrever a popear.

"El asalto a la cultura" es un imprescindible recorrido introductorio, escrito en primera persona (Home vivió participativamente muchos de estos movimientos), al arte político más destacado desde el Dadaísmo hasta el Neoísmo, incluyendo bizarradas más o menos legendarias como el Letrismo, el Arte Patafísico, los Provos o el mail art. No obstante, en el meollo de la cuestión no deja de ser siempre, de una u otra manera, gente de COBRA, de Fluxus, y muy especialmente Situacionistas. Pero lo mejor es que el autor del libro, que a buen seguro ha debido terminar hasta los cojones de todos estos personajes tras tratarlos en primera persona, maneja la información con una sorna subterránea, muy sibilina, de tal suerte que al final uno termina por creer que en esos ambientes todo el mundo es un gilipollas engreído. El capítulo de los situacionistas llega a ser hilarante en sus descripciones de las reuniones supuestamente "anti-burocráticas" que se montaban, y que paradójicamente acababan siempre con miembros expulsados por un quítame-allá-esas-performances. El Debord es elegantemente descrito como un verdadero neurótico fundamentalista obsesionado por las deslealtades a la causa cada vez que a algún afiliado le ponía la más mínima puntilla a sus manifiestos. De hecho, toda la gigantesca masa de gente diversa que se aglutinó en torno a la I.S. (desde Letristas y la Bauhaus imaginaria hasta...¡¡¡Jean Baudrillard!!! que al parecer les frecuentó en sus inicios) fue explotando poco a poco a medida que las tensiones de poder iban haciéndose más obstinadas. En escenitas por otra parte no muy distantes al Sálvame: con la plana mayor de las divas del situacionismo en plena pelea de gatas. Con todo, aunque Debord resulte retratado como una especie de voluntarioso impersonator de Marx en versión cutre, hay que decir en su honra que el personaje era un Creyente con todas las de la ley, este caballero ha sido por encima de todo muy coherente, fiel a sus ideas hasta su trágico final, y la verdad es que no sé si existe alguien tan bravo, radical y severo en nuestra generación... Lo de tener las cosas tan claras como los Situacionistas es algo que la gente de nuestra edad no se puede permitir, es demasiado simplista e ingénuo en mil detalles.. ¿O no? No lo sé.
La gente de Fluxus sin embargo salen muy bien parados de los despiadados dardos verbales de Home, que los trata con mucho cariño y admiración. Y no es para menos, viendo el impacto que tuvieron estos chicos en todo lo que pasó en su tiempo: ahora son Arte Académico de primer nivel, pero en su día eran gente muy tirada y espontánea, que hacían lo que hacían a base de esfuerzo, cabezonería y valentía, porque en su tiempo sus performances eran aún demasiado radicales. Pero una de las cosas que más me ha llamado la atención del libro es que... ¡¡¡en aquellos saraos siempre había arquitectos de por medio!!! ¿Dónde están ese tipo de arquitectos a día de hoy? ¡Que alguien me lo diga, que con ellos me voy!
(Ahora que lo pienso, en estos momentos que estoy con la vida desmontada, el plan mas apetecible sin duda sería meterme en un grupo radical o algo parecido, rollo Debord. Ya molaba ¿alguien se apunta?)
El libro, ya digo que es muy divertido, y se habla mucho de aquellas cosas tan extrañas y rimbombantes que hacían en los 60, del tipo "el flux-evento neo-haiku monomórfico" (sic) o el "happening neobarroco multimedia", que a veces parecen cosas super serias, y a veces la idea más tonta que se le pasó por la cabeza a un pijo de Copenhague. Y como ejemplo transcribo un trozo de la sentencia judicial que obtuvieron los primeros situacionistas , por culpa de una especie de fanzine titulado Acerca de la pobreza de la vida estudiantil, en los aspectos económicos, políticos, psicológicos, sexuales y especialmente intelectuales, y una modesta propuesta para su remedio... ¡¡¡Ay!!! Los situacionistas...¿no son para comérselos? Atención porque la sentencia no tiene desperdicio, parece el sueño de toda vieja rock´n roll star. ¡Conservadurismo kitsch!, parece salida de una peli de John waters o algo así.

"(...) sin mencionar el costo de la literatura inspirada por la Interniational Situationiste. Tales publicaciones expresan ideas y aspiraciones que, por decirlo suavemente, nada tienen que ver con los fines del sindicato de estudiantes. Sólo hay que leer lo que los acusados han escrito, pues está claro que estos cinco estudiantes, poco más que adolescentes, carentes de toda experiencia de la vida real, y confundidas sus mentes por teorías filosóficas, sociales y políticas mal digeridas, y hastiados de la monotonía de su vida diaria , hacen pasar sus vacuas, arrogantes y patéticas reivindicaciones por juicios definitivos, cayendo en un abuso directo de sus compañeros, profesores, de Dios, la religión, el clero, y los gobiernos y sistemas políticos de todo el mundo. Rechazando toda moralidad y freno, estos cínicos no dudan en propurgnar el robo, la destrucción de la academia, la abolición del trabajo, la subversión total y una revolución proletaria mundial, proponiendo "el placer sin licencia" como único objetivo."

3 comentarios:

  1. Una pregunta estúpida si me permite: ¿el libro está encuadernado con hilo?

    Gracias.

    ResponderEliminar
  2. ... seguramente... con el hilo dental que usaba el viejo... (Debord)... mientras leía las memorias del seductor Kierkegaard... antes de que Deleuze, Baudrillard y Virilio descubrieran el "homo faber" y el "tiempo" en Bergson...

    ... después le dieron calabazas y desayunó todos los días con cabello de ángel... ¿o se hace con "el melón"?.. ¡ahí va!.. ¡otra pregunta estúpida!.. ¡qué círculo tan... vicioso... éste de los situ!

    ResponderEliminar
  3. ¿¿?? Está encuadernado en plan libro de bolsillo... supongo que es barateiro, yo lo compré de segunda mano y me costó 3 euros... por cierto en una librería nueva que hay en la plaza de la Cormelana, a la que os recomiendo que vayáis porque molaría que les fuese bien (tienen todo muy cuidado y barato)

    ResponderEliminar