jueves, 13 de mayo de 2010

Perceptos y afectos


Pierre Francastel "Sociología del arte"
Gilles Deleuze, Curso en Vincennes, "El
Je y el pronombre personal" (video)

Todos hemos sentido el escalofrío de leer un poema o la letra de una canción que logra traducir a palabras pensamientos y sentimientos que nos eran propios de antemano, pero que nunca hubiésemos logrado explicar con exactitud. La magia de oír en voz ajena algo que sabías, pero que no sabías que lo sabías. Es una sensación sublime, el develamiento de un punto nebuloso de nuestras emociones, la solidificación de un estado de ánimo que era gaseoso e informe. La esencia de la poesía: ampliar los límites de la conciencia, atraer a lo simbólico los esbozos que produce lo imaginario.
Hace ya mucho que no logro esa sensación con la poesía. Supongo que porque no leo poesía. Pero sí que lo consigo de vez en cuando con algún ensayo, incluso con un escueto aforismo, que consigue dar contorno a lo que no era sino mancha de color, y de organizar en una partitura ordenada lo que solía ser ruido informe. A los que consiguen iluminar nuestros espacios en sombra, es a los que llamamos genios, ¿no? Bueno, no. Muy a menudo, el que logra esclarecer las nebulosas o centrar los ejes de coordenadas es un amigo, o un familiar, alguien en absoluto genial, pero dotado de la preclaridad y empatía que siempre tiene el que tenemos cerca y nos observa desde fuera.
El último libro que he leído, el "Sociología del arte" de Pierre Francastel ha producido ese efecto en mí. Página a página, en su retórica sencilla y argumentada con sensatez, construye un discurso inapelable, el más intachable que haya leído yo hasta ahora, sobre qué es el arte y por qué es absolutamente fundamental para la cultura humana. En realidad no dice nada nuevo: todas sus reflexiones se deducen por pura lógica del tipo de lecturas a las que me he dedicado este año, y que supongo eran compartidas por Francastel, aunque no puedo afirmarlo con seguridad porque el autor se abstiene de incluír citas o índice onomástico. No sé si Francastel había leído a Deleuze cuando redactó los textos que componen el libro, pero su planteamiento tiene mucho de materialismo deleuziano: como forma de conocimiento, afirma, el arte es la creación de perceptos y afectos, fabrica la realidad más que la refleja, opera por agenciamientos. Él no utiliza esas palabras, pero su sintonía con el empirismo trascendental es absoluta, y tremendamente radical: el tipo de ser humano al que Francastel refiere su arte, es el que modeliza Gilles en la charla "El Yo y el pronombre personal" que tenéis en el emule, y en el que el francés sintetiza su teoría del fín del sujeto. Para Deleuze (y para Francastel) el indivíduo no es anterior al arte, sino que nace de él. El pensamiento plástico no es reducible a palabras.
Es una perspectiva muy radical que no puedo resumir fácilmente, pero que consigue poner los estudios sobre arte a la altura de la epistemología marymoderna (siendo un libro...¡de 1970!). Centrándose en el cambio de paradigma que se dio en el quattrocento, llega a una serie de conclusiones tremendamente radicales (al menos, para los que hemos sido educados en el positivismo científico) sobre la relación entre arte y sociedad, sin ningún tipo de romanticismo o misticismo y que sin embargo considera la producción artística como absolutamente capital para cualquier forma de cultura: según Francastel, nociones como tiempo y espacio no son naturales, no están en el universo esperando a ser descubiertas, sino que son imágenes producidas utilitariamente por el hombre en función de sus necesidades, y fabricadas primordialmente mediante la obra de arte. Un libro muy serio, muy sencillo, que explica de manera deslumbrante lo que no sabíamos que sabíamos.

Respecto al video de Deleuze, viene a hablar de asuntos tangenciales a estos, pero de manera mucho más coñazo y con las argumentaciones sesudas y un poco tramposas que tanto le gustan. Se resume en que cuando decimos "Yo" nos referimos a un conjunto vacío, se trata de un pronombre personal que carece de lo que los semiólogos llaman referente, y por tanto el sujeto no es más que un concepto inventado y, hasta cierto punto, prescindible. No es una idea nueva, pero lo curioso (como siempre en Deleuze) es que este tipo de cuestiones (¡el yo no existe más que como idea platónica!) no suponen ningún problema ni drama, gracias a esa valentía suya, cargada de vitalismo, por la que tantos nos hemos convertido en fans absolutos. A todos los que estéis aburridos de vosotros mismos, de vuestros asuntillos familiares como dice Deleuze, de vuestras neuras y manías, os puede resultar una charla muy enriquecedora: como he dicho, se resume en que como indivíduo no existes, porque eres...otra cosa, mariposa. Eres la colisión puntual de multiplicidades ¿Demasiado radical? Echadle un vistazo. El único problema es que es en francés con subtítulos en italiano, pero se entiende bien.

4 comentarios:

  1. oh dios, vivo rodeado de famosos

    http://www.laopinioncoruna.es/coruna/2010/05/13/concepcion-garcia-centro-historico-parque-tematico-solucion/384285.html

    -x-

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  2. hoy ya estáis en el NYT o en el WS o vais a Buenafuente

    -x-

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  3. hey tron, te recuerdo que la entrevistada es la señora Concepción García, yo soy como el paje de los Reyes Magos.Ya le he dicho a Jiménez Losantos que le doy la exclusiva.

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