domingo, 4 de abril de 2010

A Proust por la telebasura

Estoy harto de ojear blogs y revistas de arquitectos, y comprobar una y otra vez que el 90% de sus contenidos redundan sobre las mismas (y pomposas) payasadas. Así que os propongo una bajada a los infiernos del Populacho para ver cómo los ciudadanos-monguis se relacionan con sus casas.
Me confieso superfan de un programa de telerealidad cuya sola mención provocaría urticaria en esas reuniones solemnes y autoreferenciales (es decir, abstractas) del Colegio de Arquitectos. Un delicioso magazine de La Sexta llamado ¿Quién vive ahí? en el que ciudadanos de todos los colores enseñan sus casas, y explican cómo y por qué viven en ellas.
Obvio decir que no se habla de arquitectura: se explican las viviendas desde otra óptica, que a mí me resulta interesantísima. Los inquilinos explican cómo llegaron a la casa, el por qué de su costumización, cómo adaptan las estancias a sus deseos y costumbres... de un modo muy natural y en el que apreciamos cómo la subjetividad de cada uno de ellos consigue transformar las casas en espacios, para ellos, cargados de sentido. Se aprecia qué les gusta a los jóvenes urbanos, a los nuevos ricos, a los aristócratas venidos a menos, a los solterones y los Rodríguez... y cómo cada uno consigue adaptar su casa a su particular forma de vivir la vida. Muy chulo.
Por supuesto, todas las casas oscilan desde lo discretamente hortera, hasta lo horterísimo de solemnidad. Nada de sutilezas, pero nadie ha dicho que habitar sea una cuestión de buen gusto: se trata de otra cosa. Lo que emociona es el modo en que cada uno de ellos ha convertido su vivienda en un excéntrico y curiosísimo palacio adaptado a sus caprichos personales, como debe de ser. Y el tremendo nexo de estricto amor que relaciona al habitante con su vivienda. Como arquitecto, me encantaría conseguir que alguien alcance semejantes cotas de empatía y buen rollo entre un cliente y la casa que pueda yo proyectarle. Es una pena que todas las que salen son supercasonas carísimas, pero sorprende comprobar la diversidad de modos y costumbres que hay, y que los arquitectos olvidamos: desde el aventurero que se autoconstruye un caserío de madera cargado de detallitos lindísimos, hasta el banquero alemán en Ibiza cuyos caprichos rozan la esquizofrenia.
Os recomiendo que os veáis los programas, que podéis ver buscándolos aquí. Ya os digo que no esperéis sutilezas arquitectónicas, porque lo que debe de interesarnos es el modo tan íntimo en que cada uno dispone sus delirios en el espacio, sin tener que dar explicaciones de gusto o calidad. De hecho, las viviendas de diseño moderno (aparecen unas cuantas en plan Tectónica, con azoteas ajardinadas y cosas por el estilo) siempre responden al mismo patrón: millonarios acartonados que utilizan su vivienda como cristalización de sus angustias de poseur.
Mi favorita es la de la gitana en Sevilla, por ser la más vulgar y hortera, y la más cargada de elementos extraños y mágicos, además de ser la única mínimamente desordenada (¡no estoy solo en el mundo! ¡los gitanos me comprenden!). Y la más literaria, sin duda, es la de la pareja nórdica madre-hijo cuyo pater familias vive en Londres, mientras ellos pasan el tiempo dedicados al arte, a estudiar idiomas, hacer deporte y amargarse en neurosis familiares edípicas, podridos de dinero. Lo más cercano a Proust que he visto nunca en telebasura.
Apunte: fijaos el modo en que los reporteros del programa, en cuanto pueden, sueltan alguna pullita inmisericorde a cuenta del hecho de que los dueños tienen muchísima pasta. Siendo la mayoría de los periodistas becarios explotados (es una de las profesiones más descaradamente desoladas por el capitalismo) sueltan a discreción guiños de clase que despiertan mucha empatía en gente como servidor. Muy divertido, por ejemplo, las ironías y vergüenzas con las que los ejecutivos de alto standing dejan caer el inevitable la crisis no va conmigo.

4 comentarios:

  1. ¿asamblea a las siete?

    ResponderEliminar
  2. >la pescadería:invasión del centro
    >la pescadería: de la cotidianidad del centro
    >agra del orzán: dotar la densidad
    >agra del orzán: intensificar la densidad

    dime mais...

    ResponderEliminar
  3. la gente es hortera... por eso no calamos en la gente
    yo también he visto este programa y la verdad es que merece la pena. La gente es como es y esta orgullosa de serlo.

    ResponderEliminar