lunes, 19 de abril de 2010

El pesimismo y el strap on


Gilles Deleuze "Lógica de la sensación"
Francis Bacon se ha convertido, por culpa de la crítica progre, en símbolo de cierta idea romántica de artista torturado, y de modo muy simplista y tramposo se ha construído una leyenda en torno a su persona (el existencialismo, el drama, la vida sexual tortuosa, la autodestrucción) que lo ha reducido a algo así como el Marilyn Manson de la cultura museística. Ese Bacon oscurantista, patético e iluminado es ya un cliché obsoleto y sinsentido, hasta el punto de que las referencias a su obra son pasto de tontísimos artículos en suplementos dominicales, odas de Rioyo y compañía, y lugar destacado en las referencias culturales de los universitarios con ínfulas de mártir (junto a Sartre, Cortázar, la Bauhaus y demás fetiches del santoral yeyé).
Por eso el divertido libro de Deleuze sobre su obra me ha resultado tan interesante: el Bacon de este ensayo no tiene nada de triste, dramático ni existencial, siendo abordado desde una sistematización canónicamente deleuziana de su pintura (cuerpo sin órganos versus organismo, lógica fenomenológica de la sensación, disolución de la forma estática como forma-movimiento...) que ilumina sus trípticos, crucifixiones y estudios anatómicos desde una perspectiva incluso optimista, y antitética del tópico oscurantista en torno a Bacon, que es repensado como el gran heredero de Cezanne y no de Anton Lavey, como habitualmente se nos dice. No-tan-sesudo como pudiese sugerir el título, el libro es (como todos los del Deleuze sin Guattari) una simpatiquísima, excéntrica y racional articulación de conceptos en las que el sistema filosófico del francés muestra la frescura y singularidad de su forma de relacionar las cosas. Para todos los que quieran saber de arte desde una perspectiva lógica, perceptiva y disciplinar, muy recomendado por su brevedad, modestia y rigor.

Gilles Deleuze "Presentación de Sacher-Masoch"
Su libro sobre Masoch es, sin embargo, un texto que no me esperaba en absoluto: se trata de una reflexión en términos estríctamente psicoanalíticos de la obra del gran gurú del masoquismo, y la incorrección que cometemos al considerarla permanentemente en dialéctica con Sade: según Deleuze, la frontera entre sadismo y masoquismo es menos intuitiva de lo que habitualmente suponemos. Lo inesperado del volumen se debe a los constantes guiños y reverencias al pensamiento de Freud, que en la posterior etapa anti-edípica de Deleuze parecía poco menos que la encarnación del demonio. Me ha hecho mucha ilusión saber que en el fondo Gilles es fan del vienés, como servidor.
Tengo que decir que me lo he pasado bomba leyendo este ensayo, porque el tema del masoquismo, por motivos autobiográficos, es algo que me resulta muy divertido y hasta humorístico. Y es que bajo todas esas disquisiciones complejísimas sobre el super yo, la castración, Eros y Thanatos y las palabros como "forculisón", se investiga la forma de pensar y sentir del friki de Masoch, un personaje delirante que se pasó la vida perdiendo los papeles por mujeronas castigadoras y crueles, cuyo furor uterino y agresividad out of bounds ponían al alemán completamente palote.
Recomendado para los fans del psicoanálisis: al resto le chocarán sobremanera los delirios sexuales de Masoch, un voluntarioso bragotas que, como siempre en Deleuze, es tratado con muchísimo cariño y de un modo respetuoso y entrañable. Ya os digo que me he reído mucho con las locuras de Masoch y los pasajes en los que confiesa su amor por las hembras asilvestradas, bruttas, furibundas y cabronas, con una sinceridad extrema que todavía hoy sigue resultando asombrosa. Los fans de los vídeos de dominatrix con taconazos y fustes de cuero, no os lo podéis perder, por aquello de legitimar vuestros picores libidinales.
Ojito a la frustración de los sádicos cuando topan con un masoca: se suben por las paredes porque no consiguen hacer sufrir a aquellos a los que el sufrimiento les proporciona placer. Maravillosa (y potencialmente revolucionaria) paradoja, queridos fans del rollo strap on.

Zygmunt Bauman "Vida líquida"
El Bauman este de los cojones tiene todos los papeles para ser apadrinado por los creadores de opinión de PRISA como el último gran pensador de la contemporaneidad. Se trata del típico señorín con carisma de el sabio anciano, que utiliza los libros como herramientas morales antes que como análisis sistemático de realidades: como un Marina o un Savater, este filósofo carece de un sistema filosófico, y por tanto sus ensayos hay que leerlos simplemente como las opiniones de un ciudadano con la cabeza amueblada y las ideas claras. Al fín y al cabo, el habla de uso común es de por sí un sistema filosófico, y por tanto lo que hace Bauman es enunciar unas ideas que estaban ya en el aire antes de que él les pusiese nombre (no cabe duda de que lo de vida líquida es una metáfora estupenda).
Ahora bien: aceptamos lo del mundo líquido como realidad contrastada, pero no las elucubraciones conspiranoicas de Bauman sobre una especie de pacto elitista en base al cual todo sería un plan orquestado desde el poder para tenernos sometidos a los imperativos del mercado. La aceleración del mundo y la relativad posmoderna, a ojos de este tío, son consecuencia de los pérfidos y oscuros designios del capitalismo, y nosotros, pobres víctimas proletarias, sufrimos en nuestras carnes las consecuencias de tales despropósitos: con Marx hemos topado, y por tanto el mundo actual aparece retratado como el peor de los mundos posibles, y el ciudadano como víctima pero no como verdugo. Disiento completamente, porque estos asuntos deberían ser interpretados desde otro tipo de plan: el que tiene el inconsciente colectivo.
En una coda final cuya necesidad no alcanzo a comprender, el escritor se atreve a sugerir con chulería académica algo del tipo "... y yo tengo la solución, pero ya la contaré en otro libro", típica promesa absurda que no sé si ha complido finalmente (tiene tantos libros con la palabra líquido en el título, que quizás en alguno de ellos ha dado al fín la solución al enigma). Pero en general me ha parecido un ensayito muy ingenuo, elaborado con mucha lógica y con una erudición incuestionable, pero con la explicación más anticuada de los hechos: el subtexto es un inaceptable antes se vivía mejor. Afirmación con la que no puedo estar de acuerdo y que no hace sino reiterar el gran error de los antisistema actuales: considerar el presente en dialéctica con el pasado, y no con el futuro, que sería lo legítimo, lo necesario y lo molón. ¿Para cuándo alguien se atreverá a formular una buena utopía instrumental, y dejarse de caralladas pesimistas? Si no es líquida, que sea gaseosa. La que sea, pero que sea pronto.

6 comentarios:

  1. como me moló lo de "típico señorín", tal vez quedemos luego, pa medir plazas, yo tengo que acabar iva, madre que atosigamiento vital. ch.

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  2. ya os llama adolf y no vale hacerse el avión, que mañana hay que llevar movidas al del toldo.

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  3. todo en calma, fin del iva. paz. dulces sueños!

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  4. césar, entra en pescaderia20 mail, cgai ha enviado programación posible. en el listado que nos pasaron hay una peli con siguiente argumento: años 40, arquitecto malvive en pensión coruñesa, decide anunciar en prensa su suicidio, movido por un inusitado sentimiento de libertad comienza el interfecto a participar en una especie de guerrilla urbana premortem...mmm premonitorio?. ch.

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  5. -en construcción- es un tanto obviedad, no?

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  6. http://images.google.es/imgres?imgurl=http://rodadoengalicia.galiciafc.org/img/peqs/031A.jpg&imgrefurl=http://rodadoengalicia.galiciafc.org/pelicula.php%3Fid%3D116&usg=__JY_vsTfvAM_4jfSTonKAJc2MUj8=&h=338&w=450&sz=62&hl=es&start=22&sig2=2kwRWwqfVTaiJGpmRwNdUA&um=1&itbs=1&tbnid=GsvUedm41WfDbM:&tbnh=95&tbnw=127&prev=/images%3Fq%3Dcamarote%2Bde%2Blujo%26start%3D18%26um%3D1%26hl%3Des%26sa%3DN%26ndsp%3D18%26tbs%3Disch:1&ei=Cm3NS8SKB4mVOLTMgKAP

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