lunes, 29 de marzo de 2010

Espacio mental



El defecto (o la virtud) de mi comprensión de la psicología y la filosofía, es que no puedo evitar remitir las lecturas a alguna forma de estructura, de organización mental casi arquitectónica. Cada pensador propone un diagrama del mundo, un esquema que se puede organizar como una composición gráfica, con vectores de interdependencia, redes de relaciones y objetos significativos. ¿Vosotros no visualizáis los pensamientos? ¿Cuando piensas, por ejemplo, en un miércoles, no lo imaginas como un nodo en el medio de la semana? Esta sinestesia, que debería ser una capacidad dominada por los arquitectos, lleva incluso a alguna gente a visualizar los números mediante colores. Puedes ver a Freud como geometrías duras, y a Lacan como deformaciones plásticas, o así.
No obstante, esta tendencia natural mía a componer esquemas mentales de relaciones, es al parecer un defecto. Pensar las cosas mediante jerarquías y organizaciones globales es una forma engañosa de sistematizar la realidad, pero no puedo evitarlo, necesito orden en mi cabeza.

En consecuencia, me encanta el concepto de espacio mental: es muy útil, porque puedo visualizarlo, como un diorama, o como un escenario. Ahora mismo estoy en una estancia, yo solo, con un ordenador, la radio, estanterías con libros, una mesa, papeles, luces y sonidos. Sin embargo, por mi cabeza desfilan mis hermanas, que están a cientos de kilómetros, y mis planes de futuro, lo que hice el sábado, qué voy a comer hoy, el estudio de Adolfo, dónde estará ahora Jaime, un recado por hacer, y elementos similares: en mi espacio mental desfilan cosas y personas que no están aquí, componiendo un organigrama en perpetua mutuación donde los contenidos entran y salen, remiten al pasado y al futuro, me sitúan y vinculan en una gigantesca estructura más o menos organizada que puedo llamar "mi vida", dónde lo que tú consideras sin importancia puede para mí ser crucial. Sin ese espacio mental, no sería más que un ente asignificativo, situado en el medio de la nada. Los psiquiatras creen que hay espacios mentales correctos y otros incorrectos, pero eso me parece una soberbia intolerable, la lógica cristiana según la cual hay pensamientos adecuados y otros pecaminosos.

Estoy leyendo un bonito libro que choricé a Nacho, el "Poesía y capitalismo" de Walter Benjamin, sobre el asombro de Baudelaire ante la aceleración de la vida parisina en el siglo diecinueve, y la aparición de nuevos actores en el teatro urbano: hay en él un desconcierto perfectamente comprensible, la búsqueda de una lógica en ese mundo nuevo, en aras de componer un espacio mental armonioso con el espacio real, las trazas de una geometría social en la locura de la ciudad. Es probable que para aquel universo nuevo de héroes, perdedores, flaneurs y socialistas en convivencia imposible, a Baudelaire le hubiese resultado muy útil todo esto de los flujos. Pero él no era un técnico, no necesitaba la ciencia, porque sabía que la única manera posible de cartografiar el espacio mental, es la poesía.
Estoy leyendo tambien un sencillo manual para diletantes, llamado "Lógica para todos", un recorrido rápido (y no por ello fácil) a través de la historia de la más misteriosa de las ciencias formales. Aristóteles, Russell, Wittgenstein, Godel... buscaban comprender la legislatura del lenguaje mediante fórmulas sintácticas infalsables, y de ese modo sistematizar científicamente las posibilidades de los espacios mentales, y desde allí llegar a las lógicas del mundo: creían que mediante la lógica se podría explicar el todo, las verdades del habla y el lenguaje, las certezas verificables del mundo. Arrinconar lo anárquico o aleatorio, ordenar lo cierto, y enumerar todo lo posible e imposible, y hasta cierto punto tranquiliza comprobar que nadie lo ha conseguido: ¿quiere decir que seguimos siendo humanos?
La lógica es el fundamento de la computación, disciplina cuyo mayor desafío sigue siendo la consecución de una verdadera inteligencia artificial: el día que se consiga producir ordenadores completamente pensantes, deberemos plantearnos seriamente ese plano de excepcionalidad lógica que es la poesía. ¿Os da miedo? Sería todo un cambio de paradigma, una amenaza a nuestra condición de hombres, y la consiguiente necesidad de resituarnos en el universo: la lógica es por definición totalitaria. Las ciudades habrían de ser lo que no son: lógicas. Pero tranquilos, pues por ahora los ordenadores ocupan lugares físicos, pero todavía no producen sus espacios mentales. O para ser más exactos: los tienen, pero no lo saben, porque no son ellos quien los ha construído.

Addendum: dejo el enlace para descargar 50 páginas (no he encontrado más) del libro de la colección de Paidós "para todos" dedicado a los estudios culturales, para introducirnos en el tema. Aquí está, pedazo de curiosos.

6 comentarios:

  1. Siempre dije que el mamón éste pierde algo de aceite:

    http://i70.photobucket.com/albums/i115/footballboners/Cristiano%20Ronaldo/omgronny.gif

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  2. XD es un capullo, es verdad, pero al menos sabe hablar con cierta corrección, no como "la pulga". En el mundo gay tiene mucho fan, pero a mí no me gusta. No veas la de fotos que hay por ahí en plan "el paquete de Cristiano". qué pereza

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  3. http://www.youtube.com/watch?v=Hjm9YH4Mp2s


    con sonido

    -x-

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  4. http://www.urbanarbolismo.es/blog/?p=155

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  5. si si si

    batiiiiiiistaaaaaaaaaaaaaaa

    http://www.youtube.com/watch?v=0-X3yXOknJQ

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  6. http://www.youtube.com/watch?v=3Ye2MV3LayI

    -x-

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