martes, 4 de mayo de 2010

Obsesivo / Compulsivo: Cuerpo sin órganos tostado bajo el sol


Gilles Deleuze "Derrames, entre el capitalismo y la esquizofrenia"
Gilles Deleuze "La filosofía crítica de Kant"
Gilles Deleuze "Conversaciones"
Slavoj Zizek "Órganos sin cuerpos, sobre Deleuze y consecuencias"

Trístemente, tengo muy abandonado el blog, pese a que hayan sucedido suficientes cosas como para escribir unos cuantos posts a la vieja usanza. Así a bote pronto, pude haberme reivindicado en la figura de Mourinho y su bofetada al mejor equipo de todos los tiempos. Pude tambien haber comentado la jugada de las proyecciones callejeras de la semana pasada, una experiencia extenuante y entrañable de la que sólo me quedan buenos recuerdos y sensaciones positivas (y los que os hayáis acercado al acto, espero que ya no tengáis el culo congelado). O lo bien que lo pasamos viendo a Alva Noto poniendo música a Solaris, en una velada absolutamente arty en la que el alemán logró licuefactar el tempo cinematográfico del film remitiéndolo a un orden superior, capaz de dotarlo de un nuevo eje de coordenadas: interesantísimo el hecho de contemplar el cine no ya desde la clásica dupla de "imagen y tiempo", sino a una perspectiva tridimensional consistente en "imagen, tiempo cinematográfico interno, y tiempo musical externo". Estuvo muy muy bien, casi tanto como el cumpleaños en casa de Reme.
A lo que iba: no estoy escribiendo nada, y ello se debe a que tengo el cerebro absorbido por las oposiciones y por Deleuze, que es una especie de pozo sin fondo inabarcable, un complejísimo sistema de pensamiento en el que cuesta mucho adentrarse y que, una vez dentro, requiere de muchos recorridos trasversales para conseguir interiorizar su nomenclatura y su estructura. Leer a Deleuze es farragoso porque cada nueva aproximación supone una nueva vuelta de tuerca capaz de resituar y dar nuevos sentidos a ideas que creíamos tener claras. Hay quien hace sudokus o juega al brain training para ejercitar las neuronas: mi hobby en tales menesteres es intentar comprender a Deleuze.
Podía ser cualquier otro filósofo, pero mi afinidad con Gilles nace de una empatía personal intuitiva e inmediata, por todo lo de romántico que hay en el personaje: su carismática figura de pensador a la vieja usanza, malvestido y destartalado, enfermizo, neurótico y con pánico a los viajes; el hombre ensimismado y secretamente elitista que se disfraza de pensador político pero que, en el fondo, no hace más que hablar de mística,y cuyo fin último (la superación de toda forma de pensamiento trascendente, metafísico o absoluto), en su aparente frialdad empírica, termina por derivar en una cosmogonía vitalista, cálida, revolucionaria y, en fín, casi religiosa.

Sus mejores libros, en mi opinión, son los que escribe sobre otros autores: en ellos Deleuze se muestra como un filósofo respetuoso, sistemático, didáctico y perspicaz. Ahora estoy con "La filosofía críitica de Kant", que pese a versar sobre las ideas de uno de sus más evidentes adversarios es un ejercicio secreto de admiración por la genialidad del pensamiento del alemán, en las antipodas del suyo propio. Un librito sesudo y muy técnico que sin embargo especula sobre los asuntos que más me interesan de Deleuze: los que remiten a una ontología. Los deleuzianos militantes (hay miles, el culto a la obra de este tío es una especie de secta enorme que en internet cuenta con cientos de devotos) suelen quedarse con sus libros más políticos, los que le vinculan a Foucault o a Guattari, pero a mí esos me parecen de largo los más superciciales y menos consistentes. Aquellos que quieran adentrarse en las ideas deleuzianas contra el psicoanálisis y el capitalismo, pueden hacerlo mediante un tomito que se llama "Derrames", editado en Argentina y que recoge las clases en Vincennes entre El anti-Edipo y el Mil Mesetas: allí se resumen muy bien sus filípicas políticas con Guattari, que son unas cosas un poco absurdas y bastante populistas-para-modernos, pero que distan mucho de alcanzar la sutileza y magia de sus libros más abstractos. El libro se lee muy bien pero muestra lo peor del autor: su tendencia a rodearse de (y asociarse a) feligreses desencantados de la vieja izquierda y que buscaban en él a un gurú político. En realidad, para conocer en primera instancia ese nivel de sus ideas lo más fácil y sencillo es el "Conversaciones", una magnífica colección de entrevistas (sin duda el formato en el que Gilles resulta más comprensible) en torno a Foucault, el esquizoanálisis, los flujos, el capitalismo y asuntos de ese espectro.
Pero como os digo yo estoy interesado en el otro Deleuze, el del empirismo trascendental, el de lo actual y lo virtual, el devenir y la univocidad del ser, el del sentido de la intersubjetividad, y esas cosas: su lado más elitista, especulativo y abstracto, y tambien el más deslumbrante y sorprendente. Conste que no me he leído sus tres libros más potentes a este respecto (el "Lógica del sentido", el "Diferencia y repetición" y el "Empirismo y subjetividad") porque no me veo capaz. Son durísimos, de una densidad y opacidad que requieren una esfuerzo sobrehumano, así que voy preparándome mediante otras lecturas, como por ejemplo el libro que escribió Zizek sobre él, y que pese a ser una mierda pinchada en un palo (el tono demagógico y atropellado de Slavoj le ha convertido en un icono universitario, pero a mí me parece cada vez más un cantamañanas) va explicando con cierta gracia algunos de los puntos más crípticos de la ontología deleuziana, sin caer en la admiración ciega como suele ser habitual.
Pues eso, que no estoy nada bloguero (no veo pelis, no escucho discos, no pienso cosas raras) porque estoy completamente entregado a la comprensión del puto Deleuze. Se me pasará pronto, no es más que el último capricho que he añadido a mi lista personal de iconos pop (junto a, por ejemplo, Oscar Mulero o Robert Rodríguez: no se trata de nada especialmente trascendente) y en cuanto termine de entender lo que dice pasaré a otra cosa mariposa, como he hecho siempre. Pero Deleuze es muy difícil, todo un desafío en estos momentos. Me voy a la librería a comprar el libro de Zizek en papel: he leído 100 páginas en PDF y es todo un suplicio, máxime cuando lo que más disfruto de la lectura es montar el ritual bajo el sol, en una tumbona y con una coca-cola fresquita. En plan cuerpo sin órganos tostándose al sol.

5 comentarios:

  1. Cuando te metas a los archivos, no olvides fijarte en la parida Hype de "Robyn".

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  2. Además del gran disco de Holy fuck:

    http://pitchfork.com/tv/#/musicvideo/4258-holy-fuck-latin-america-young-turksxl

    Xa contarás.

    Tienes que pegarle más al Brugal con cola y menos al Deleuze con cola.

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  3. http://www.elpais.com/articulo/gente/Fallece/domador/Angel/Cristo/elpepugen/20100504elpepuage_1/Tes

    -x-

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  4. te daba por desaparecido, fue dura la resaca de la fiesta del sábado?

    -x-

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  5. ya...murió el angel cristo, vaya personaje...me molaría pasar la tarde viendo qué dicen sobre el tema en las gacetillas del corazón, pero no tengo tiempo. cómo ha de estar la bárbara rey... rota, pero al mismo tiempo pensando en hacer caja. mola!!!

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